Cuando piensas en el Tyrannosaurus rex, probablemente te imaginas sus afilados dientes. En libros y películas, la gran dentadura del feroz dinosaurio suele asomar por su boca incluso cuando está cerrada.
Pero, según un estudio reciente, esta imagen puede que sea errónea. Un equipo de paleontólogos cree que el T. rex probablemente tenía unos labios finos y escamosos que cubrían sus dientes.
Nadie sabe exactamente cómo era la boca de estos depredadores prehistóricos. Al fin y al cabo, los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años. Los investigadores han encontrado fósiles de huesos y dientes del T. rex, pero la piel se pudrió hace mucho tiempo.